El 2 de mayo de 1568, María, reina de Escocia, escapó del castillo de Loch Leven. Apenas unas semanas después de la muerte del segundo marido de María, lord Darnley, James Hepburn, cuarto conde de Bothwell, interceptó a María cuando volvía de visitar a su hijo pequeño y la llevó al castillo de Dunbar.
Sería la última vez que vería a su hijo. Le aseguró que el peligro la esperaba en Edimburgo y le dijo que le proponía llevarla a su castillo de Dunbar, fuera de peligro. Ella aceptó acompañarlo y llegó a Dunbar a medianoche. Allí Mary fue tomada prisionera por Bothwell y supuestamente violada por él para asegurar el matrimonio con ella y la corona.
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